El Diálogo es cooperativo: dos o más partes trabajando juntas hacia un entendimiento mutuo.
La Confrontación es enfrentamiento competitivo: dos partes opuestas entre sí y tratando de demostrar que la otra esta equivocada.
En el Diálogo el objetivo es la búsqueda de un espacio común de entendimiento.
En la Confrontación el objetivo es ganar imponiéndose al otro.
En el Diálogo uno escucha a la otra parte para comprenderla, entenderla y llegar a un acuerdo.
En la Confrontación uno escucha a la otra parte para encontrarle fallas y rebatir sus argumentos.
El Diálogo amplia y posibilita un cambio en el punto de vista de los participantes.
La Confrontación afirma el propio punto de vista de los participantes.
El Diálogo revela las suposiciones subyacentes para su reevaluación.
En la Confrontación se defienden las suposiciones como la verdad.
El Diálogo causa la reflexión sobre la propia posición.
La Confrontación causa la critica de la otra posición.
El Diálogo abre la posibilidad de arribar a una mejor solución que cualquiera de las soluciones originalmente planteadas.
La Confrontación defiende la propia posición como la mejor y única posible solución y excluye otras soluciones.
El Diálogo crea un actitud de mente abierta: una apertura a enfrentar la posibilidad de estar equivocado y una apertura al cambio.
La Confrontación crea una actitud de mente cerrada: una determinación a creer estar en lo correcto.
En el Diálogo uno entrega sus mejores ideas sabiendo que las reflexiones de las otras personas las mejorarán en lugar de destruirlas.
En la Confrontación uno entrega sus mejores ideas y las defiende en contra de cualquier cuestionamiento sobre su corrección.
El Diálogo llama a una suspensión temporal de las propias creencias.
La Confrontación llama a invertir la totalidad en las propias creencias.
En el Diálogo uno busca acuerdos básicos.
En la Confrontación uno busca diferencias mínimas.
En el Diálogo uno busca fortalezas en la otra posición.
En la Confrontación uno busca los errores y debilidades en la otra posición.
El Diálogo implica una real preocupación por la otra persona y busca no ofenderla.
La Confrontación implica la contradicción de la otra posición pasando por alto los sentimientos y la relación existente, frecuentemente menosprecia a la otra persona.
El Diálogo asume que cada uno tiene partes de la respuesta y que conjuntamente se puede construir una solución viable.
La Confrontación asume que hay una respuesta correcta y que alguien la tiene.
El Diálogo permanece siempre abierto.
La Confrontación implica arribar a un punto en que la comunicación se cierra.