Tía María: evitemos más violencia
El caso Tía María es casi la cronología de una crisis anunciada. El país vuelve a presenciar, otra vez, escenas que parecen provenir de una vieja y repetida pesadilla. Se veía venir -la Defensoría del Pueblo hace meses lo venía reportando-, casi como dos trenes en curso de colisión que en lugar de disminuir la velocidad aceleran el paso tercamente convencidos que eso es lo mejor. Las lecciones aprendidas en Majaz, Tambogrande, Bagua, Egasa, y otros tantos casos, parecen no haberse capitalizado.